Invertir es una práctica financiera que puede resultar intimidante, principalmente porque muchas personas no conocen los productos de inversión, ni los beneficios que ofrecen.
Para incorporar la inversión en tu estrategia financiera, lo primero que debés conocer es la diferencia entre ahorrar e invertir:
- El ahorro es guardar una cantidad de dinero con el fin de utilizarlo en el corto o mediano, principalmente, para lograr objetivos específicos o para hacer frente a gastos imprevistos sin afectar el presupuesto personal o familiar.
- Invertir es asignar cierta cantidad de dinero, establecida de manera previa, con la finalidad de obtener rendimientos monetarios en forma de ganancia.
¿Cómo empezar a invertir?
- El primer paso es definir los objetivos a mediano y largo plazo de la inversión: la compra de una casa, pagar la educación de tus hijos o tener un fondo de retiro, por ejemplo.
- Con la ayuda de un asesor de inversiones, podés conocer cuál es tu perfil de inversionista. A través de un cuestionario, se evaluarán aspectos como tu edad, tu nivel de tolerancia frente a escenarios de riesgo, tus conocimientos financieros, los propósitos de tu inversión, tu situación y capacidad financiera, entre otros.
Existen tres perfiles principales de inversionistas:
- Conservador: se caracteriza por ser menos tolerante al riesgo y valora la seguridad. Opta, usualmente, por invertir en instrumentos de deuda o certificados a plazo, porque puede saber la rentabilidad que obtendrá al adquirirlos.
- Moderado: es un inversionista que toma sus decisiones con mucha cautela, pero está dispuesto a asumir un riesgo moderado para aumentar sus ganancias. Suele buscar un portafolio o cartera de inversión que combine inversiones con instrumentos de deuda y capitalización.
- Agresivo: es un inversionista que asume riesgo en los mercados y opta por instrumentos que generan mayores ganancias.
Cuanto mayor sea el riesgo, mayores podrían ser las ganancias obtenidas.
- Entender cuál es tu perfil de inversionista y apetito de riesgo es fundamental para determinar los productos donde podrás invertir tu dinero para lograr los objetivos planteados:
- Fondos de inversión: son un instrumento que reúne el dinero de muchos inversionistas quienes, en vez de invertir de forma individual, delegan la administración de su dinero a un profesional. Scotiabank ofrece diversos fondos de inversión, tales como: Fondos de Mercado Dinero Local, Fondos Mercado Internacional y Scotia Portafolios (este último reúne cuatro fondos de inversión, bajo el principio de diversificación).
Se puede empezar a invertir en un fondo con un monto mínimo de $500 o su equivalente en colones.
- Certificados a plazo: son inversiones a plazo fijo, que otorgan un rendimiento definido, de acuerdo con la tasa de interés y el plazo acordado entre el cliente y el banco. Scotiabank cuenta con productos como: Certificado a Plazo Físico, Certificado Plus y Certificado a Plazo Electrónico.
Elegir la entidad financiera para invertir es una decisión importante. Es fundamental que valorés la trayectoria, el respaldo, la experiencia profesional, la seguridad y el buen desempeño del banco para lograr tus objetivos en los plazos definidos.