Ser productivo no implica realizar múltiples tareas a la vez o trabajar por encima de tus posibilidades; la productividad está relacionada con la capacidad de optimizar procesos de trabajo y alcanzar metas y objetivos en el transcurso del día.
Aquí te contamos sobre tres hábitos imprescindibles que podés implementar para mejorar tu rendimiento en el trabajo, en los estudios u otras áreas de tu vida:
- ¡Adiós al desorden! Mantener el orden en tu entorno (casa, oficina, escritorio, entre otros) y establecer rutinas, te permitirá aprovechar al máximo tu tiempo.
- Definir objetivos. Establecé tus objetivos y el plazo que tenés para cumplirlos. Gestioná tu agenda de acuerdo con tus metas y objetivos y controlá los tiempos. Planificar tu semana y respetar tu plan, es fundamental para lograr resultados.
- Sin espacio para la improvisación. Improvisar es algo que no calza con los estándares de productividad. Da espacio a los imprevistos, pero sin afectar tu planificación. Focalizá tu atención en una tarea a la vez y delegá cuando sea necesario.